El domingo 28 de septiembre tomó posesión como titular de la Parroquia de Santo Tomás Apóstol de Orgaz, Don Alfonso Ramírez Muñoz.
Natural de la localidad toledana de Elo Toboso nació el 27 de Junio de 1965. Fue ordenado sacerdote el 9 de Julio de 1989. Ha ejercido su ministerio como vicario parroquial en Fuensalida, párroco "in solidum" en La Puebla de Almoradiel y vicario parroquial y adscrito a la toledana parroquia de Santiago del Arrabal cuando era párroco de la misma el orgaceño Don Luis García Hinojosa (nombrado posteriormente Canónigo de la S.I. Catedral Primada).
Lleva ya un año ejerciendo su ministerio en esta localidad, después de ser presentado como vicario parroquial el 8 de Septiembre de 2002, festividad de la patrona de Orgaz Ntra. Señora el Socorro. Sustituye en el cargo a Don José Jiménez Nieto, que cesa al cumplir la edad canónica y que celebró en Abril sus Bodas de Oro como sacerdote, ocasión en que, próxima a sus despedida, el pueblo de Orgaz le rindió un emotivo homenaje. La Eucaristía, donde se procedió a leer el nombramiento, fue presidida por el Vicario Episcopal de la Mancha, Don José María Anaya Higueras. Concelebraron esta Eucaristía treinta y ocho sacerdotes, de4stacando la presencia de los párrocos que han tenido anteriormente y qeu llenaron tanto el Presbiterio como los aledaños del incomparable templo que Alberto Churriguera construyó en 1769.
Hubo gran participación de Hermandades, grupos parroquiales y fieles tanto de Orgaz como de Fuensalida, La Puebla de Almoradiel, Parroquia de Santiago del Arrabal, así como miembros de la Delegación diocesana de Familia y Vida y del Movimiento Familiar Cristiano del que fue consiliario diocesano durante seis años. El Vicario Episcopal, siguiendo el ritual para este acto que resultó muy emotivo, destacó en su homilía el Don del sacerdocio como un servicio a la Fe del pueblo de Dios.
Como es natural no podía faltar a esta celebración tan importante para Orgaz su familia y paisanos de El Toboso y la Corporación Municipal de Orgaz en pleno. al final de la Eucaristía, las palabras llanas y sencillas de Don Alfonso (como él es), el fuerte aplauso que resonó en toda la bóveda del templo, las palabras de bienvenida del representante de la parroquia y el obsequio, un vino español y cientos de abrazos y felicitaciones.